Si hemos de alimentarnos con la Palabra de Dios, si hemos de orar en el Espíritu Santo, si hemos de testificar por Cristo tenemos que tener comunión con Dios, el pecado destruye esta comunión, perdemos su intimidad. Perdemos el gozo de su amistad. (1 de Juan 1:9).
Este es el gran versículo sobre el retorno a Dios del alma que ha pecado. “Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados y nos limpie de toda maldad”.
La parte del cristiano es confesar su pecado; la parte de Dios es perdonarle y limpiarle de él. Aprendamos a saldar prontamente nuestras cuentas con Dios